MISCELÁNEA

Resolución nº 115 de la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay, en la cual se declara de interés cultural las actividades “El Museo vá a la Escuela”, y la exposición “A los 175 años de la Revolución Farroupilha y la creación de la República Riograndense”.
Dichas actividades se encuentran dentro de la programación para el año 2010 del Museo Sin Fronteras.
Saludos,
Lic. Antonio Maria Boero
Ramiro A. Boero Ruiz

 


Las Cinco Aureolas de Artigas

Artigas está circundado por cinco aureolas, decía yo al cerrar el Alegato Histórico acerca de su obra cívica.

Como apóstol de la idea republicana, en su lucha gigantesca contra la orientación monárquica de todos los próceres del Rio de la Plata.

Como agente propagandista incansable de la soberanía popular, en su lucha gigantesca contra las dictaduras que tenían su asiento en Buenos Aires.

Como promotor de una organización federal perfecta, a base de amplias libertades, contra la oligarquía que monopolizaba todos los resortes gubernativos de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.

Como organizador de pueblos autónomos, a base de legendarias altiveces de conducta y de incomparables sacrificios cívicos, contra la tendencia de todos los próceres argentinos a doblegarse a las tutelas extranjeras.

Como portaestandarte de las ideas de humanidad y de respecto a todos los derechos, cuando la bandera de sangre y de violencias recorría triunfante y sin barreras el vasto escenario americano.

Si el congreso argentino de 1813 hubiera admitido, en vez de rechazar, a los Diputados designados por el Congreso Oriental de ese mismo año, las Provincias Unidas del Rio de la Plata habrían tenido una organización exactamente igual a la de los Estados Unidos de América del Norte, y entonces Montevideo, con toda seguridad, habría sido la capital de la gran Confederación del Sur.

Ningún otro prócer de la revolución americana llega a tanta altura. Todos eran monarquistas, por razones permanentes los unos, por circunstancias del momento, otros. Rompían con mano vigorosas los moldes del coloniaje español. Pero llegado el momento de la reconstrucción, en vez de ir a la organización democrática de las fuerzas libertadoras, volvían los ojos a las monarquías extranjeras y pedían a ellas la organización y el impulso que no se atrevían a buscar dentro de las fronteras de la patria.

Hay que alzar la vista hasta Washington para el estudio comparativo del Jefe de los Orientales y Protector de los Pueblos Libres.

Han transcurrido treinta años desde que yo escribí esas palabras después de estudiar a Artigas en los archivos nacionales y en el rico Archivo General de la Nación Argentina.

Puedo completar hoy mi pensamiento y declarar que Artigas constituye, del punto de vista de la implantación del las instituciones libres, la cumbre política más alta de todo el continente americano, sin excluir al propio Washington.

Washington y su glorioso Estado Mayor de grandes demócratas emanaban de la libre Inglaterra y se limitaban a transportar a America, con fuertes perfeccionamientos sin duda, las ideas que habrían hecho camino en la madre patria.

Pero Artigas, al dictar las instrucciones de 1813 y al sostenerlas en los campos de batalla durante diez años, y al dar forma definitiva a una admirable Constitución Federal a base de democracia representativa y de amplias libertades, tenia que ir, en cambio, contra la orientación y contra las instituciones fundamentales que aceptaban todos los hombres ilustrados de la madre patria y de todo el Rio de la Plata.

Tal es el timbre de honor de este pequeño Uruguay, verdadero laboratorio de donde han irradiado los ideales que mas honran al Rio de la Plata.

EDUARDO ACEVEDO.

(De “Las Cincos Aureolas de Artigas”)


La imprenta en el Uruguay.


La primera imprenta que existió en la Republica Oriental del Uruguay fue la traída por los ingleses en 1807, con la que se imprimió un periódico bilingüe denominado “La Estrella del Sur” redactada en ingles por Bradford y en español por Manuel Aniceto Padilla y Antonio Cabello y Mesa.

Cuando los ingleses se retiraron se llevaron consigo la imprenta.

La segunda imprenta que existió en nuestro país fue la que la princesa Carlota donó al Cabildo de Montevideo. En ella se imprimió “La Gaceta” cuyo redactor fue el padre Cirilo.

Dueño Alvear de Montevideo – relata Oreste Araujo – hizo publicar en reemplazo de aquella un periódico titulado “El Sol de las Provincias Unidas o Gaceta de Montevideo” redactado por el doctor Manuel Moreno, don Nicolás Rodríguez Peña y el mas tarde general Antonio Díaz; pero, la imprenta de la ciudad fue incluida por Alvear en su vandálico saqueo de las propiedades públicas y privadas y llevada a Buenos Aires a fines del año 14, apenas quedaron de ella pocos tipos, de los peores, y alguna prensa con que se pudo mas tarde hacer los impresos que aparecieron en aquella época.

Terminada la dominación Argentina, Artigas estimuló la aparición del “Periódico Oriental”, del que solo se publicó el prospecto por falta de redactor, lo que hizo exclamar al Libertador uruguayo: “Para mi es muy doloroso que no haya en Montevideo un solo paisano que, encargado de la prensa, de a luz sus ideas, ilustrando a los orientales y procurando instruirlos en sus deberes”.

En 1818 el famoso General chileno José Miguel Carreras trajo una imprenta manuable y de fácil transporte la que funcionó clandestinamente en Montevideo. La llamaban “La Federal” publicándose varias proclamas, una Gaceta y “El Hurón”. Sus mismos redactores, que lo eran Carreras, Benavente, Vidal, Gandarillias, Santiago Vázquez, Nicolás de Herrera y Pablo Zufriategui, hacían de cajistas e impresores.

Durante los años de ocupación portuguesa y brasileña, se publicaron en Montevideo no menos de 25 periódicos, uno en portugués y otros en castellanos, entre estos se publicaron “El Pampero”, “El Aguacero”, “El Ciudadano” y sobre todo la Gaceta Mercantil dirigida por don José Raimundo Guerra.

El arte tipográfico progresó entonces con el planteamiento de la imprenta de la caridad adquirida por la Hermandad del mismo nombre en 1822.

También los patriotas del año 1825 tuvieron imprenta desde el principio de la lucha emancipadora siendo buena prueba de ello las diversas publicaciones que aparecieron en Canelones, Durazno, Paysandú, y otros puntos más. Todos estos periódicos de los años 1826 a 1828 registran los actos principales de la lucha contra los brasileños y los preeliminares de la organización de la Provincia. Concluido el período de la lucha y constituido el país de una manera firme y definitiva, fueron muchos los periódicos que aparecieron destacándose “El Universal” que comenzó a publicarse en 1829, fue trisemanal al principio y diario a su conclusión (1838). El mismo estaba redactado por el entonces coronel y después General don Antonio Díaz.


La bandera de Artigas en América y en Europa

Más felices que en tierra eran los orientales en el mar, dice Bauzá.

Desde los comienzos de la lucha, había resuelto Artigas conceder patente de corso contra los portugueses. Dos barquichuelos, el Saberio y el Valiente, salían de Purificación el 25 de julio de 1816 para iniciar la campaña corsaria remontando el río Uruguay en busca de presas, al mismo tiempo que auxiliaban los movimientos de las tropas de tierra. El éxito conseguido estimuló mayores esfuerzos. Nuevos corsarios de calado superior empezaron a armarse en el puerto de la colonia, con destino a navegaciones mas largas. Poco a poco se atrevieron a franquear el océano, apresando naves en las inmediaciones de Santos, Rio de Janeiro, Pernambuco y Bahía, con lo cual se alarmó el comercio portugués. Desprovisto de fuerza naval adecuada, el gobierno de Don Juan VI aconsejó a sus súbditos que adoptasen la navegación en convoy, lo que si bien daba más seguridad a las expediciones comerciales, las tornaba demasiado lentas y costosas. Pero, no obstante dicha precaución, los corsarios orientales se mostraron cada vez más audaces. De América pasaron a Europa, y frente a las baterías de Oporto y Lisboa, hicieron sus presas a plena vista del enemigo. (F. Bauzá)-

Relata H.D. en su Ensayo de Historia Patria que entre los buques corsarios de Artigas, merece especial mención el denominado República Oriental. Este nombre indica que Artigas, pensaba a la sazón en la independencia absoluta, de su patria, al ver que ya era imposible su unión, con las demás provincias.

Entre los audaces corsarios artiguistas, conviene también recordar el nombre de Pedro Campbell, marino irlandés que había venido al Plata con la expedición de Pópham.

Obligado a retirarse los ingleses, Campbell desertó, pasando a Corrientes, donde se dedicó al oficio de curtidor. Desde los comienzos de la invasión portuguesa, se puso al servicio de Artigas, haciendo verdaderas proezas al frente de la escuadrilla oriental.

Barbaridades

31 Marzo del año 1839 Batalla de Pago Largo donde el general Echagüe aniquila las milicias correntinas. No pudiendo concurrir Rivera con las tropas prometidas los correntinos son totalmente derrotados en esta sangrienta batalla.

El general Echagüe festejando su victoria ordenó degollar 900 soldados prisioneros y al jefe vencido Coronel Berón de Astrada, no lo fusiló pero lo ató a un árbol y “cortóle una lonja de piel en la espalda e hizo con ella una manea para el caballo de Juan Manuel Rosas”.

27 de Marzo de 1845. Batalla de India Muerta

El 27 de marzo se encuentran en India Muerta las tropas del general Rivera y de Justo José de Urquiza. “Al principio la vanguardia riverista arrolla a la de Urquiza; pero las fuerzas de este son superiores en número y armamento, y tras varias horas de sangrienta pelea, Rivera tiene que emprender la retirada, dejando mas de 1000 hombres tendidos en el campo.

Al día siguiente, Urquiza manchaba su victoria haciendo degollar a 700 prisioneros.

El mismo quiso darse el gusto de presenciar la operación que se hizo al toque de música de bandas militares.”

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LIMITES DE LA BANDA ORIENTAL

El límite primitivo de la Banda Oriental al Norte, fue  – relata HD –el Puerto de Cananea, en el actual estado de San Pablo, donde plantó las armas de Castilla el adelantado Albar Núñez Cabeza de Vaca, en el año 1541. Pertenecían entonces a  España los vastos territorios de Río Grande, Santa Catalina y Paraná.

Desde entonces , los portugueses dueños del Brasil, no dieron punto de reposo y comenzaron a conquistar tierras con sus famosos mamelucos, proponiéndose apoderarse de toda la Banda Oriental y extender su frontera hasta el Río de la Plata.

A éste motivo respondía la  fundación de la Colonia del Sacramento que motivó tantas guerras entre España y Portugal. De allí, intentaron apoderarse del Puerto de Montevideo y siendo rechazado por Zabala se encerraron en su plaza fuerte de Colonia esperando mejor ocasión para atacar nuevamente la plaza.

HISTORIA DE “EL DORADO”

En la época de la conquista era común entre los españoles creer que en los bosques centrales del Brasil existía un pueblo con inmensas riquezas cuyo rey era conocido por El Dorado ó el Hombre de Oro.

“Encargaron sé los cronistas de propagar tan seductora creencia.

El historiador Oviedo  decía en una carta, que Gonzalo Pizarro había encontrado a El Dorado y que éste era un célebre soberano que constantemente llevaba todo el cuerpo, desde la cabeza a los pies cubierto de finísimo polvo de oro, hasta tal punto que parecía una estatua de dicho metal. Añadía que todas las mañanas le soplaban sobre el cuerpo el citado polvillo después de  bien untado de una resina olorosa   y que como era consiguiente que semejante vestidura le incomodara para dormir, se lavaba todas las noches para ser de nuevo dorado a la mañana del día siguiente.

Esta práctica estaba en uso entre los Chibchas ó Muiscas (Colombia) , pero cesó con la llegada de los españoles, de modo que jamás llegaron éstos a presenciar semejante ceremonia.

Estas noticias sirvieron de poderoso incentivo para que algunos aventureros penetraran en aquellas selvas vírgenes del Brasil, ansiosos de hallar tan maravillosas tierras. Así  fué  como el temerario Orellana descubrió el Río Amazonas. Navegándolo desde el pié de los Andes hasta su desembocadura .

En 1560, el Virrey del Perú envió en busca de El Dorado al valeroso vizcaíno Ursúa . Llegó éste al Alto Amazonas, pero fue traidoramente asesinado por sus propios soldados que siguieron al cruel Aguirre lugarteniente de Ursúa .

Posteriormente a Ursúa y Aguirre, fueron los jesuitas y franciscanos los únicos que exploraron aquellas tierras del Río Amazonas, no ya en busca de El Dorado, si no de almas que salvar, encontrando muchos un glorioso martirio. E l jesuita Ferrer fue muerto por lo indios muriendo en la misma forma Santa María, Jimenes e Illesca. Gracias a ellos se pudo conocer con relativa exactitud las márgenes del Amazonas y territorio vecino.

GOBERNADORES DEL RIO DE LA PLATA

Los gobernadores del Río de la Plata desde el año 1618 hasta 1776- año en que fue elevado la gobernación al rango del virreinato – fueron:

1618 Diego de Góngora

1623  Alonso Pérez de Salazar

1624 Francisco de Céspedes

1632 Pedro Esteban de Avila

1638 Mendo de la Cueva y Benavides

1640 Ventura Mujica

1641 Gerónimo de Cabrera

1646 Jacinto de Lariz

1653 Pedro Luís Baigorry

1660 Alonso de Mercado y Villa Corta

1662 José Martinez  de Salazar

1674 Andrés de Robles

1678 José de Garro

1682 José de Herrera

1691 Agustín de Robles

1700 Manuel del Prado Maldonado

1704 Alonso de Valdez Inclán

1708 Manuel Velazco

1712 Alonso de Arce y Soria

1713 Baltasar García Ros

1717 Bruno Mauricio de Zabala

1734 Miguel de Salcedo

1742 Domingo Ortiz de Rosas

1745 José de Andonaegui

1756 Pedro de Ceballos

1766 Francisco Bucarelli

1770 Juán José de Vértiz

PARA NIÑOS Y PARA LOS QUE FUERON NIÑOS

NOBLE GESTO DEL GENERAL ARTIGAS

“Antes de abandonar el suelo querido de su patria, el noble gladiador se acuerda de su hermano Manuel Francisco, de Lavalleja y otros amigos y compañeros de armas prisioneros desde el año

18 en la isla Das Cobras y para socorrerlos, les envía sus últimos recursos que consistía en unos 4000 patacones.

Para el desempeño de esta misión tan peligrosa eligió el general a uno de sus mas fieles y valeroso soldados Don Francisco de lo Santos, el último chasque artiguista. Este aceptó con gusto el encargo, orgulloso de la confianza que había sabido inspirar a su general, comprometiéndose a ir por tierra hasta la capital del Brasil y hacer entrega a los prisioneros de la cantidad confiada a su honradez y valor.

Parte: – relata Araujo – unas veces cruza campos desiertos, otras pernocta entre gente sospechosas, sufre las inclemencias del tiempo, afronta inevitables peligros, y tras no pocas zozobras  y mortales incertidumbres, llega a su apartado destino y cumple el encargo de su jefe, depositando aquella generosa dádiva en manos del bravo Lavalleja, quién no sabe que admirar más, si el abnegado desprendimiento de  Artigas o la temeraria empresa tan felizmente realizada por Francisco de los Santos.

Con respecto a la acción de Artigas, creemos que en ninguna ocasión se podría aplicar con mas acierto que en la presente  una de sus célebres frases: La grandeza de los Orientales es solo comparable a su abnegación en la desgracia. (O. Araujo,“ Episodios Históricos”)

HISTORIA ES CULTURA.

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El censo nacional de 1860.
En los primeros días de agosto de 1860, durante el gobierno de Bernardo Prudencio Berro, se realizó un censo nacional estimándose en unos 225.000 habitantes la población que se distribuía en los trece departamentos en que estaba dividido el país.
Según Aureliano G. Berro, en su libro: “Bernardo P. Berro”, la lista siguiente es la cantidad de habitantes por departamentos y capitales:

Departamentos capitales
Montevideo….57.913 Montevideo (incluso el Cordón
Maldonado….. y la Aguada)……………….44.159
Canelones…..20.468 Guadalupe………………….3.083
San José……12.527 San José…………………..2.620
Florida…….12.170 Florida……………………1.238
Durazno…….8.973 Durazno……………………1.530
Minas………12.852 Minas……………………..1.915
Colonia…….13.349 Colonia……………………
Soriano…….14.138 Mercedes…………………..3.896
Paysandú……14.201 Paysandú…………………..4.866
Salto………15.821 Salto……………………..4.126
Tacuarembó….9.593 San Fructuoso………………1.680
Cerro largo…17.475 Melo………………………3.274


Calculándole 15.000 habitantes al departamento de Maldonado, cuyo censo no fué hecho, tendríamos un total de 224.480 almas. De Colonia se mandaron los datos en conjunto, sin deslindar la población de la capital. Con nuevos datos obtenidos a principio de 1863, ascendió la población total del país a 327.480. Lo que arroja un aumento de mas de 100.000 habitantes en dos años.
Los establecimientos de industria y comercio patentados eran, para todo el país 5.433.
Las pulperías que constituían el ramo mas numeroso ascendían a 1738.
Las declaraciones para el pago de la contribución directa, suministraban estos datos:
19.346 bueyes, 3.612.857 ganado de rodeo…
Tal era, en su población, y su riqueza, el país sobre el que iba a desenvolverse el gobierno de Berro.


HISTORIA DEL HIMNO NACIONAL:

Lo que a continuación sigue es un trabajo de Isidoro de María que figura en la revista histórica en el tomo VII del año 1915, página 886.

El Museo sin Fronteras se lo acerca a Ud. y familia por considerarlo sumamente importante para todos y especialmente para maestros niños.
El autor tituló su trabajo : “Tradición del Himno Nacional” 1838 – 1848 .

“De pié y descubiertos para oir el Himno Nacional, cuyas notas hacen palpitar de entusiasmo el corazón del patriota, arrancando lágrimas, mezcladas de gozo y de tristeza, al de los ancianos, que al oirlo se sienten más conmovidos por la santa religión de los recuerdos.
Es la sagrada reliquia que nos legaron nuestro padres. Guardémosla sin jamás profanarla.

Orientales: la Patria o la tumba,
libertad, o con gloria morir.

Perdonad, que es un dulce sueño de la mente.
La letra existe. Sabemos y repetimos el coro y las estrofas desde el año 32, obra de nuestro primer vate Acuña de Figueroa: la habíamos entonado tantas veces al compás de la música, pero ninguna de sus composiciones tenía el carácter de exclusiva, ninguna llevaba el sello oficial de música del Himno Nacional.
La tadición nos hace conocer su historia.
Nuestro Himno Nacional no tuvo música exclusiva, oficialmente decretada, hasta el año 1848.
Hasta entonces en las festividades cívicas se había cantado indistintamente por otras músicas o partituras.
El año 33, en la primera gran fiesta del aniversario de la jura de la constitución se cantó en el teatro de San Felipe, con música compuesta por el profesor Barros.
En el mismo año se cantó con otra música compuesta por el profesor Smolzi .
En el año 35 se cantó con música compuesta por el profesor Sáenz , director de la orquesta del Teatro.
El año 37 se cantó por vía de ensayo, con música compuesta por el profesor Casalli, y por recomendación especial hecha a la empresa por la Comisión Censora de Teatros, de que era presidente don Bernardo P. Berro, y secretario don Francisco Acuña de Figueroa.
El año 38 se cantó por música refundida nuevamente por el profesor Sáenz.
El año 40 se cantó el 25 de Mayo, por música compuesta por Fernando Quijano (Oriental) bajo el seudónimo de “Un Joven Oriental” .
El año 45 se llamó a concurso por el gobierno a los profesores Barros, Deballi, Mochales, Smolzi, Lucci y Pellegrini, para que presentasen composiciones musicales para el Himno Nacional, en el plazo de 30 dias.
De éstos, solo dos profesores presentaron la suya, por cuya razón el concurso o certamen musical quedó sin efecto.
Entretanto, seguíase cantando el Himno Nacional por la música de Quijano instrumentada por Devalli para la orquesta, hasta que en definitiva se decretó el año 48 música exclusiva, la dedicada por Quijano que hace 42 años era oficial y la única de nuestro Himno Nacional, cuyo mágico poder levantó y levanta el esíritu varonil de los nobles Orientales.
Punto final, y aquí el decreto de la referencia que brilla por su ausencia en las Colecciones de leyes y decretos: “Montevideo , Julio 26 de 1848. – Decreto.- Siendo necesario dar al Himno Nacional una música adecuada, con que puede entonarse en los días festivos de la Patria, y habiendo merecido la aprobación del Gobierno la composición del ciudadano don Fernando Quijano, el Poder Ejecutivo acuerda y decreta : Artículo lº. El Himno Nacional tendrá por música exclusiva la que le ha dedicado el citado ciudadano don
Fernando Quijano.
Art. 2º Pásese al Ministerio del a Guerra el ejemplar de la composición presentada, para que sea distribuida a las Músicas del Ejército. – SUÁREZ.- MANUEL HERRERA Y OBES”